Cuatro ediciones de Cada uno para sí: un reto bibliográfico

D. W. Cruickshank  ~ 2016 ~

Las comedias sueltas casi siempre se imprimían en cuarto y normalmente en la imposición más sencilla de ese formato, que se llama cuarto sencillo: es decir, un único pliego doblado dos veces para formar cuatro hojas (de ahí el término cuarto), o sea ocho páginas. El pliego estándar en España medía unos 44 × 31 cm, de modo que una hoja en cuarto sin recortar mide unos 22 × 15,5 cm. Uno puede comprobar, al doblar una hoja de papel dos veces (el segundo pliegue perpendicular al primero y doblando siempre paralelamente al borde del papel), que la cara que contiene la página 1 también tiene las páginas 4, 5 y 8. Esta cara del pliego se llamaba la retiración (conocido en inglés como la outer forme, porque se encuentra en las caras exteriores del papel tras el primer plegado). En la otra cara, el blanco (la inner forme en inglés) están las páginas 2, 3, 6 y 7. Debido a que a los impresores a menudo les faltaba la cantidad adecuada de tipos, no solían componer las páginas en orden numérico sino que componían por formas, o sea imprimiendo primero el blanco y luego la retiración. Para componer el blanco o cara interna del pliego, el cajista contaba las palabras o líneas de las páginas 1, 4 y 5 para calcular dónde empezar en las páginas 2 y 6; para la retiración (o cara externa), tenía que hacer lo mismo con las páginas 2, 3, 6 y 7. De ahí que el cajista pudiera reducir el trabajo a sólo tres páginas de cuenta al empezar por la cara interna y éste era el método normal. Resultaba más fácil contar las líneas de un texto en verso que las de una obra en prosa, pero aun así a menudo se hacían los cálculos mal. En tales casos, los cajistas solían extender el texto añadiendo espacios o, si se trataba de texto en exceso, comprimían las líneas por medio de abreviaturas y contracciones (grãde por grande, etcétera) o incluso eliminaban palabras del texto.

Cada cajista tenía su propio estilo: diferentes abreviaturas para los nombres de los personajes que hablan, diferentes diseños tipográficos para componer los encabezamientos, diferentes maneras de espaciar y componer las letras en el nombre del dramaturgo, el título y el reparto, etcétera.

Un cajista que trabajaba a base de una edición anterior podía evitar esa cuenta por completo al seguir su copia página por página. Para ello, tenía que utilizar tipos semejantes a los del original. Ya que la mayoría de las sueltas se componían en tipos del tamaño que se llamaba lectura o cícero (12 puntos), el tamaño más común, esto no resultaba difícil. Un tipo tiene tres dimensiones, pero las únicas dimensiones que podemos medir en la página impresa son la vertical (“cuerpo”) y horizontal (“grueso”). El tamaño del cuerpo se mide mejor en unidades de 20 líneas: se elige un punto en la línea 1 y se mide la distancia a un punto correspondiente en la línea 21. Los tipos de cícero podían variar entre 80 y 89 mm por 20 líneas. Las medidas horizontales de la misma palabra en diferentes fundiciones a menudo producen diversos resultados; localizar palabras aptas para una comparación de medidas horizontales en una reimpresión es evidentemente fácil.

Desgraciadamente, estas sencillas pruebas presuponen que trabajamos a base de copias originales o reproducciones del tamaño del original. Pero existen pruebas aún más sencillas. Podemos colocar diagonalmente una regla encima de una página de una comedia suelta, empezando por la primera letra de la primera línea hasta la última letra en la última línea y observando las letras que la regla cruza. Si la otra comedia suelta que estamos cotejando es otra edición, la regla casi sin duda cruzará otras letras diferentes. (Esto puede hacerse incluso en una pantalla, sin recurrir a copias impresas.) Aquellos que no tengan regla (!) pueden comparar la posición de un reclamo o la de una letra de signatura en relación con la línea superior: diferentes ediciones presentarán discrepancias.

El estudio exhaustivo (de, por ejemplo, ediciones facsímiles de muestras de tipos como Type Specimen Facsimiles) nos permite identificar tipos y sus diseñadores originales, pero la observación detenida nos permite ver diferencias sin esta información. Es aconsejable examinar letras y símbolos como E, M, Q, R, T, ç, g, ?, y !. Compárense:

RRRR
(Times, Garamond, Palatino, Sylfaen)

Son aún mejores las letras en bastardilla. Compárense:

QQQQ
(Times, Garamond, Palatino, Sylfaen)

Estos ejemplos son modernos, pero los diseños de letra antiguos mostraban un grado de variación parecido. Las comedias requieren numerosas mayúsculas en bastardilla para indicar los personajes que hablan y muchos puntos de exclamación e interrogación. Algunos impresores a menudo se veían obligados a utilizar mayúsculas en redonda o diseños con otros tipos de letra. Mediante la acción de la prensa, granitos de polvo presentes en la tinta solían dejar con el tiempo marcas en la cara de los tipos y estas imperfecciones a menudo son obvias en las letras impresas, especialmente en los tamaños más grandes.

Por último, cada cajista tenía su propio estilo: diferentes abreviaturas para los nombres de los personajes que hablan, diferentes diseños tipográficos para componer los encabezamientos, diferentes maneras de espaciar y componer las letras en el nombre del dramaturgo, el título y el reparto, etcétera.

Aquí presentamos imágenes de la primera página de cuatro sueltas de Cada uno para sí de Calderón. Las cuatro llevan el mismo número de serie, 293, y las cuatro son probablemente de Madrid, de hacia 1690–1700. Uno tiene que fijarse con cuidado—pero sin esmerarse demasiado—para notar las diferencias tipográficas entre estas cuatro ediciones.

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